Destino

Este cuento merece introducción, ya que consta de tres partes o mejor dicho de 2 y una conclusión, cosa que no suelo hacer con los cuentos pero bueno cuando termine de escribir este estaba leyendo Sartre y tomé un poco de su pensamiento para la conclusión.

Yin

Nace en 1976, Adriana su nombre, la juventud la pasó en el barrio porteño de Núñez , se había criado con la camiseta de River, descendiente de españoles. El primario y el secundario pasaron tranquilos, pero la facultad la tuvo que dejar ya que las cosas habían cambiado y la familia no se sustentaba tan fácil, debía trabajar. El amor le había sido esquivo, según ella, no existía el hombre de su vida, todos la habían decepcionado, aunque siempre cuando decía esto se acordaba de aquel chico que se había cruzado en el viaje de egresados, fue solo una mirada, pero ambos supieron que se tenían que conocer, una pelea de borrachos y lío en el boliche que la siguió arruinó el momento, nunca se volvieron a ver, como siempre que se acordaba de esto, pensaba que ya había pasado mucho tiempo, que no podía vivir en el pasado, y se ponía a hacer otra cosa, internándose en su pasión, que era el trabajo, siempre en la misma empresa, su dedicación la había llevado alto, y los sobrinos eran su relación con el mundo, por ellos soportaba a su hermana, los fines de semanas los llevaba a pasear, esta vez fue al zoológico, estaba igual que todos años, siempre lo mismo, pero a los chicos les gustaba, así que estaba bien, mientras se acercaba a un puestito para comer algo, lo vio y lo reconoció enseguida, habían pasado unos años pero era él, era aquel chico del viaje de egresados, estaba con una nena y parecía buscar a alguien, seguramente estaría buscando a su mujer, su cabeza fue asaltada por sentimientos y miedos, estos últimos triunfaron, prefirió quedarse con un recuerdo, que conocer a la feliz pareja, agarró a los chicos y volteo sin hablar, caminando con paso firme hacia la salida, ya con las llaves de su peugeot 206 rojo en mano, los chicos se quejaban, pero estaba decida.


Yang

Nace en 1974, Miguel su nombre, vivió en Córdoba, hincha de Belgrano toda su vida, el estudio no era lo suyo, en el primario la piloteo, pero el secundario le costó dos años más de lo normal para terminarlo, hacer una carrera, con lo que le costó el secundario, ni a palos pensó. Se dedicó a trabajar de lo que podía, noviecitas pasaron, pero amor no hubo, el amor lo había decepcionado. A los 24 se había casado y tenido una nena, que era el sol de su vida, como le solía decir, pero al poco tiempo su mujer se fue detrás de sus sueños de artista, quedándose los dos solos, y pensar que se había peleado con su familia por casarse con ella, no podía volver a su casa, el orgullo no lo dejaba, le dolía saber que se había casado con ella solamente por que le recordaba a una chica que había conocido en el viaje de egresados, con la que solo una mirada se habían dado y una pelea de borrachos no los dejó concluir la historia de amor que empezaba, pero eran fantasías se decía, su realidad era que habían pasado meses de la su separación y todavía no pasaba nada, su vida estaba en cero, un día tomó coraje hizo las valijas y se fue a Bs. As. a trabajar de cualquier cosa, 2 años en la construcción, de obrero y los últimos 3 de mozo, cada vez que podía salía con su sol, a recorrer la capital, y esta vez tocaba el zoológico, después de haberlo recorrido tenían hambre, junto a su hija se sentó en una mesita de un puesto, para comer unas hamburguesas, cuando las terminaron, quisieron tomar un helado, entonces empezó a buscar al heladero, mientras lo buscaba le pareció ver a alguien conocido entre la multitud, pero cuando quiso ver quién era ya había desaparecido, volvió buscar al heladero pero tampoco estaba, así que tomó de la mano a la nena y fueron por el helado, pero afuera del zoológico y salieron rumbo a Santa Fe, cuando estaban cruzando la calle, un 206 rojo casi los choca, frenando a centímetros de la pierna de él, cuando iba a putear al conductor, se dio cuenta, que era ella, la chica del boliche de Bariloche, esa mirada única. Miguel se acercó a la puerta, Adriana se bajo, ambos se olvidaron del auto mal estacionado y los chicos diciendo me aburro, al fin el tiempo les dio la charla que hace tanto se debían.

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No hay caso alguna de las tres existe, la magia, la suerte o el destino.



Ahora

Destino es aquello en lo que creemos, cuando no podemos hacer algo o cuando sucede mágicamente, pero aquí es cuando nos acordamos de las palabras de nuestros padres, la magia no existe o sea que el destino no existe, entonces somos totalmente responsables de nuestro futuro nos volveríamos existencialistas, no hay nada que rija nuestras vidas, nos encontramos como únicos creadores y responsables y asumir ese peso suele ser jodido , así que dejamos todo en manos de aquello que esta escrito, de lo que no somos culpables, y nos olvidamos de la magia, de creer que puede haber cosas bellas en nuestra vida sin que las busquemos y dejar el futuro para después y ocuparnos de nuestro presente, de crear en el nuestros sueños, olvidar ese niño interior que lo único que desea es jugar, ahora las responsabilidades ocultaron los buenos tiempos la vida nos exige una mínima organización de horarios y de ideas, después de eso nos sobra el tiempo para vivir, del mañana el destino dirá.

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Las ilusiones de nuestros sueños, son los miedos de nuestras vidas.

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