Equilibrio

Un niño se apoya en la pierna de su abuelo, y este lo mira lleno de ternura.

Niño: ¿Hoy festejamos año nuevo?
Abuelo: Si
Niño: ¿Y por que es tan importante el año nuevo?
Abuelo: No es importante, es solo la costumbre de los hombres de medir todo y poner nombres a cuanta cosa pase.
Niño: Entonces, si no es importante no habría que festejar.
Abuelo: No, hay que festejar.
Niño: No entiendo.
Abuelo: Pensalo así, vos que querés para este año que viene.
Niño: Yo quiero una bicicleta que...
Abuelo: No, no querés que tener ¿No te gustaría ser más alto, aprender más cosas o tener más amigos?
Niño: ¡Si quiero ser alto hasta sol!
Abuelo: Eso es lo que se festeja
Niño: ¿Ser más alto?
Abuelo: Jajaja más o menos, lo que se festeja es las ganas de hacer, de conocer y de compartir.
Niño: ¿Festejamos por todo lo que vamos hacer?
Abuelo: Festejamos la vida y todo lo que podemos hacer. Ahora ayudame a levantarme que van a dar las doce.

Se fueron tomados de la mano hasta la mesa donde estaba la familia a punto de brindar.

Feliz Año Nuevo para todos
DUTRi

Una humilde postal

Un paisajito acuarelado

Unas acuarelitas rapidas

Notre Dame y sus Gárgolas


Un poco de tinta y agua para este tan novelesco lugar

Va siendo hora de mirar a el sol

Sentado en mi desvencijado sillón,
leyendo las noticias de hoy
descubro, ya sin sorpresa,
que son las mismas de ayer.

Cuando lograron dorminos,
en una pesadilla de promesas,
de mismos errores, mismos caminos,
de culpables y causas ajenas.

Nos mienten, nos mienten
y nos vuelven a mentir
contandos las mentiras
que creímos ayer.

Cual tristes fotocopias
los diarios se apilan,
comiendo las esperanzas,
mermando las fuerzas.

Tantos oídos ebrios,
de discursos añejos,
abuso de floridas palabras,
con gusto a nada.

Hay que levantar la cabeza,
y el puño al sol...

El Flaco Spinetta



Un humilde homenaje a un gran músico argentino

Arco iris

Volvía del trabajo, escapando del cielo gris y las gotas, bajé las escalera del subte, caminaba junto a otra tanta gente, todos enfundados en nuestros atuendos obscuros y portando nuestras caras como quién lleva una pesada carga, después de un largo día, entonces la vi, llevaba un largo saco negro, que la perdía entre el resto, pero no llevaba zapatos, solo medias, unas medias rosas que cubrían sus pequeños pies, con una sonrisa seguía el caminar de la gente, a veces parecía dar unos pasos de baile y luego imitar el paso del resto junto a una expresión burlonamente seria. Las gotas habían encontrado su camino desde la superficie a través de una grieta, formando un pequeño charco en el andén, al verlo, intenté avisarle pero ya era demasiado tarde, lo había pisado, para mi sorpresa su media nunca se mojó, ni siquiera parecía húmeda, en cambio el agua se tornó de color rosa, expandiéndose rápidamente, en un instante el andén era rosa, las paredes se habían vuelto amarillas y el tren que llegaba a la estación estaba pintado de un tirabuzón azul y verde, el suelo se había vuelto como inflable y uno rebotaba al pisarlo, todos nos olvidamos del cansancio y reímos, algunos saltaban, otros daban volteretas en el aire, cuando mi vista se fijó en una cabellera acerada de una anciana devolviéndome al andén de cemento y a la opacidad. La chica de las medias rosas, ya no estaba. Me sentía vacío, como podía haber sido un sueño, si parecía tan real, pero si hacía solo unos pocos segundos estaba saltando y riendo. Todavía consternado subí al tren y me senté, al mirarme los piés no lo podía creer, llevaba puesta medias rosas, en un momento pensé en esconderlas, pero descubrí que a mi lado una señora no sabía como bajerse lo suficiente la pollera para tapar sus medias rosas, todos en el bagón estaban intentando tapar sus medias rosas, hubo silencio, nos miramos unos a otros y estallamos en carcajadas.

Dedicado a todas las hadas que pintan de colores este grisado mundo

Un viejo recuerdo de mi época de fumador

Una retrospectiva mental a mi época de fumador, así como instantánea de otra época.

The Bunny & The Eagle

Estoy armando de una fábula, un libro y aquí les dejo algunos estudios para los animales

Arte Pagano


Las aquarelas y de nuevo este bar, que ahora nos invita a bajar las escalares, hacia el centro, hacia sus entrañas.

Mi barco fantasma

No hay mucho que decir, solo unas plumitas y tinta.

Repatriados

Me desperté cuando mi piel se estremeció, ella se había movido y me tocó sin querer, sus dedos estaban fríos, su cuerpo ya no brillaba en la penumbra de la madrugada, algo se había ido, algo me había dejado, no hay distancia más grande que cuando se esta cerca en silencio. En el pequeño departamento buscamos trinchera en la tele, en la cocina, en el baño, cualquier lugar era más cómodo que compartir con el otro, siempre habíamos sido reservados, eso nos había atraído en un primer momento, nuestro silencio era amor, podíamos pasar horas sin decir una palabra, solo abrazados o compartiendo un momento, como había sido que ese nuestro puente, se convirtió en nuestro muro, como la magia de encontrarnos en una mirada, ahora era dos imanes repeliéndose, si tan solo podría sacar de mi cabeza a la otra, por lo menos podría pensar como solucionar esto, a cada segundo pienso en ella, cuando la miro a ella, ahora durmiendo junto a mi, pienso en la otra, siempre en la otra. Que se hace para dejar de amar, aquello que pareciera no se puede tener y ser feliz con lo que está a nuestras manos, como hablarlo, como decir lo que siento, lo que en estas horas de la madrugada me mantiene despierto. Lo que nos mantiene despierto, ella tampoco puede dormir, recién lo descubro, un ojo a medio abrir que rápidamente se cerró al verme, será que ella también piensa en otro, y si fuera así, estamos perdiendo el tiempo...

¿Estás despierta?
Sí...
Te miro y veo a otra
Vos también sentís lo mismo
Sí ¿Qué nos pasó? que colgamos a quienes eramos en el armario, para convertirnos en estas tristes copias.
El silencio nos traicionó
Pero si era nuestro...
¿Será que no es nadie?
Será que uno solo pasa por él, como por una nación extraña.
Podríamos volver a casa.
Sería bueno, por lo menos hoy entre las calles de esa nación nos encontramos, charlemos un rato, como el extranjero que recuerda su tierra mientras comparte anécdotas con un compatriota.

La penumbra de la madrugada retrocedió unos pasos.

Rachel Weisz


Una de las actrices más interesante de los últimos tiempos, y poseedora de una belleza, que sabe sobresalir, a pesar del grafito.

Caminos - Destino (Sexta parte)

La noche ya había caído, una carreta lo esperaba afuera de la posada, pero no era una común, ya que la parte de atrás estaba recubierta de fierros, era una prisión móvil, cuando lo tiraron dentro de ella, todo encajó en su cabeza, habían descubierto el cuerpo del mercader y de alguna manera lo habían encontrado. Uno de los guardias, dijo sin mirarlo mientras subía en la parte delantera de la carreta, iremos a ver al capitán, el sabrá que hacer contigo, así comenzó el viaje, para Luther fue muy largo, seguramente la incertidumbre, lo hizo más de lo que fue, cruzaron un bosque y llegaron hasta la base se una montaña, una ubicación que le daba el marco perfecto al viejo fuerte, los colores de las caras de los guardias y soldados que salían y entraban de ahí, extrañamente tenían el mismo matiz que los lúgubres muros.

Salió de la carreta, más bien fue sacado con la misma amabilidad que cuando lo subieron, pensaba mientras caía al piso, luego del tirón, lo ayudaron a pararme de un salto, y empezó la caminata hacía el interior, la arcada de piedra y la vieja puerta de gruesa madera, daban la bienvenida, todo aquello se veía cada vez peor.

Ya adentro, en un costado estaban los que recién llegaban del campo de batalla, con la sangre cubriéndoles las ropas, los gestos desfigurados de dolor, el miedo en sus ojos y con la muerte tomándolos del hombro, en otro lado las armas huerfanas, que no tenían aún manos que las empuñen. Rodeado de ese panorama conoció a Samarie, el capitán Samarie, de grueso bigote y rostro anguloso, bastante más alto que Luther, se paro enfrente de él, le clavo la mirada, en ese momento se supo condenado a muerte, uno de los guardias que lo llevaba, dijo: El herrero señor. Samarie sin dejar de mirarlo dijo: Acompañeme, giró y comenzó a alejarse con paso rápido, era difícil seguirlo, dieron vuelta a todo el fuerte, hasta llegar a una vieja herrería. Samarie frenó en seco, y me dijo: aquí trabajará y dormirá, mientras cumple funciones en la milicia. Los guardias le informaran los detalles, así pequeña como la ve albergo a un gran hombre, algún día si tiene suerte llegara a ser la mitad de persona que su antecesor. El joven escuchaba lejanamente las indicaciones de los guardias le daban, estaba en otro lado, estaba saliendo aún saliendo de condena a muerte, y aceptando esta nueva vida.

Así se quede solo en la vieja y me derrumbada herrería, conocía todo lo que había en ella, de repente me sintió como en casa. Se acomodó en el viejo catre y durmió. Sabía que al otro día le esperaba mucho trabajo.

Albert Camus


Para empezar el año nada mejor que un homenaje a un hombre cuyos escritos me fascinan y hacen pensar.