Capo

Un amigo me regalo un perrito de esos que mueven la cabeza....

Al principio lo miraba y pensaba que boludo, como me va a regalar esto, pero también me daba cosa tirarlo.

Después me sentí yo un boludo, cuando paraba en un semáforo y veía a la gente que lo miraba.

Por un momento temí por su vida, como mi auto era medio viejito, generaba movimientos drásticos en el animalito de plástico, pensé que iba a salir la cabeza despedida cual proyectil, lo que también me hizo temer por mi vida, pero siempre fui un tipo arriesgado así que seguí adelante.

Luego encontré un compañero para escuchar música, te seguía en todos los temas.

Un día que venía muy triste, lo miro y le digo a media voz: "¡Como me va a dejar!".  El can me mantiene la mirada, detiene su movimiento craneal en seco, se genera un momento de tensión, yo con mi corazón en la mano desangrándose dolor y él inamovible y al final tira dos cortitos moviendo la cabeza de lado.  Como diciendo: "Capo..., no te merece".  A lo que yo respondo: "Gracias loco, vos si sos de fierro, de plástico, pero como si fueras de fierro".

Encontré en él un sabio consejero, un amigo, de esos que te ponen los puntos cuando hace falta.

Un compañero de salidas, ganaba minas solo, un tierno.

Hasta que una fatídica mañana de febrero, fui a buscar al auto a mi garaje a la intemperie, bajo un árbol, obvio el mejor lugar de la cuadra.  Y descubrí que ya no esta más, dos pequeños pedacitos de vidrio en el suelo, me proyectaron en la cabeza, lo que esa noche había pasado, me robaron el auto.  En ese momento un frío corrió por mi espalda, mi copiloto, mi compañero, mi amigo, había sido raptado, pensé en acudir a los medios, pero dudaba en esperar a que me pidan el rescate, cuando unos metros más adelante, lo veo, había pegado contra el cordón y estaba magullado, pero ahí estaba.

Lo tomo entre mis manos y le digo: "Saltaste justo, por que los autos van y vienen pero a vos, no te reemplazo con nada".

El tiempo paso, el seguro me pago el auto, puse unos manguitos encima y me pude comprar uno un poco mejor, le regale a mi sobrino el  perro de plástico, yo sentía que necesitaba una nueva actitud para esta etapa.  Así que..., me compre un tigre de plástico.  Un capo.

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