Caminos - Fruto del bosque (Cuarta parte)

Se despertaba con los rayos de luz, que hábilmente escapaban de los brazos de los árboles, un mezcla de sensaciones lo rodeaban junto a las hojas del suelo. Se miró y volvió a la realidad de golpe, se vio lleno de sangre una parte suya y la otra de..., poco podía acordarse de la noche anterior, solo la velocidad, las ramas golpeándolo como si quisieran detenerlo. El ruido de su estómago le demostró que la vida más allá de las cosas feas que nos pasen, siempre sigue y depende de nosotros seguir con ella, ahora tenía hambre, pero antes de saciarla necesitaba primero limpiarse, no podía llegar a ningún pueblo así, lo asociarían con el asesinato, debía encontrar un lago o un río. Mientras caminaba agudizando el oído para guiarse hasta el espejo de agua más cercano, pensaba que podría ser juzgado y hasta condenado, por este crimen, podría perder su vida, por aquel que lo había ayudado a perder todo el resto, había dejado atrás a su familia y su pueblo por creer en ese hombre, la realidad le mostraba que aquellos que cumplen nuestros sueños, muchas veces solo lo hacen parecer que es gratis, pero tienen la idea de cobrarse más adelante, esto de ahora en más siempre lo tendría en cuenta.

El sol reflejándose en el agua, hizo de su encuentro con ese pequeño río, una momento inolvidable, que parecía lleno de magia, todo era fantástico y transcurría en un tiempo lento, casi como si fuera un hermoso recuerdo que había borrado los tristes de hace unas pocas horas atrás, luego de jugar un buen rato en el agua, se decidió a secarse al sol, mientras lo hacía vio un pequeño fruto del bosque, parecía llamarlo, como si lo habría estado esperando por siglos, sin ni siquiera preguntarse si podría ser venenoso o no, lo probó y luego comió hasta saciarse del árbol, cuando iba a tomar el último fruto, una imagen le llamó la atención entre la copa de los árboles un techo de tejas se asomaba, parecía un campanario, ¿Sería una ciudad? se preguntó ,solo yendo hasta allá lo averiguaría.

Con veloces pasos llegó hasta la entrada de esa ciudad que parecía haber tenido mejores momentos que ahora, se veía media abandonada, pero conservaba aún majestuosidad de antaño. Entrando se cruzó unos guardias, que pensó lo arrestarían al verlo, para su asombro, ni repararon en él, todavía era una figura vacía en el pueblo, estaba en sus manos crearse, así como su futuro, el olor a comida recién hecha borró los pensamientos de su cabeza, dándole bienvenida a la ciudad.