Por mas que empeñe mi alma o te amarre, no puedo ser dueño de tu futuro.
No me queda más que regalarte el presente a cada hora de cada día.
Construir segundos de miradas y abrazos y minutos de palabras, silencios y besos.
Así juntos nuestros sueños despertarán en mañana.
y este nuevo día, me dará la oportunidad de hacerte sonreír otra vez.
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